Cuidados para transplante de corazón

Entre los cuidados en los pacientes trasplantados de corazón, el control estricto de la medicación y una dieta cardiosaludable son requisitos imprescindibles.

 

Tras un trasplante exitoso de corazón, o de cualquier otro órgano, el problema inmediato contra el que se debe actuar es el ataque, por parte del sistema inmunitario del receptor, al nuevo tejido. Las defensas del organismo reaccionan, en forma de grave inflamación, contra el injerto. El resultado de este proceso es el rechazo y la destrucción del nuevo corazón trasplantado. Sólo las donaciones entre hermanos gemelos idénticos se libran de estos riesgos.

 

Para evitar esa reacción extrema del organismo contra el tejido “invasor”, se administran dosis adecuadas de medicamentos inmunosupresores. Estos productos actúan bloqueando la actividad de linfocitos y macrófagos, encargados de detectar los tejidos ajenos al organismo. La administración de las medicinas anti-rechazo, durante los primeros días, es fundamental para un buen discurrir del trasplante. También es imprescindible mantener idóneas condiciones de asepsia en el entorno del receptor, pues cualquier infección, en esos momentos, puede resultar muy comprometida para la salud del recién trasplantado y para la supervivencia del nuevo corazón.

 

Tras la intervención, se aísla al paciente y se mantienen las condiciones de asepsia y los procedimientos de antisepsia oportunos, con el fin de evitar cualquier tipo de infección. El paciente viste ropa estéril y el personal médico, que entre en contacto con él, porta batas, guantes y mascarillas. No deben llevarse flores ni alimentos a un recién trasplantado de corazón, durante las visitas hospitalarias.

 

A lo largo del primer mes, tras el trasplante de corazón, es importante cumplir a rajatabla determinadas reglas, con el fin de evitar infecciones (ducha diaria, lavado de boca y procurar una mínima exposición a posibles gérmenes). Es importante no convivir con personas que padezcan enfermedades contagiosas. En las salidas a lugares concurridos (cine, hospital etc), el enfermo debe llevar puesta su mascarilla.

 

Los tratamientos inmunosupresores deben administrarse de forma estricta, según las indicaciones médicas. El paciente nunca debe olvidar su dosis diaria de ciclosporina, azatioprina, prednisona, tacrolimus etc.

 

Un trasplantado de corazón debe comer con poca sal. Las comidas pueden sazonarse con otros elementos, como el vinagre, el limón o las especias. Un requisito fundamental, si se desea un injerto duradero, es la abstinencia total de tabaco. Además, es recomendable evitar los ambientes cargados. Igualmente, debe llevarse un control periódico del peso corporal del paciente, para evitar el sobrepeso. Controlar la presión arterial es importante, son conocidos los riesgos de la hipertensión. Del mismo modo, el trasplantado cardíaco debe vigilar su colesterol y los niveles de glucosa.

 

El programa de revisiones periódicas ha de ser sagrado para los pacientes trasplantados de corazón. Dentro del mismo, podrán realizarse biopsias, que mostrarán cualquier indicio de rechazo por parte del nuevo órgano.

 

El trasplantado cardíaco ha de vigilar y observar si padece fiebre, malestar general, tos, náuseas, mareos etc. En estos casos, es necesario acudir al equipo de revisión de trasplante. Cualquier problema lo es menos si es detectado a tiempo.

 

En definitiva, cumplir con el tratamiento para el transplante de corazón, dejar de fumar, acudir a todas las revisiones y llevar una vida sana, con las pequeñas recomendaciones señaladas, son garantías de éxito y de supervivencia del nuevo corazón. 

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